domingo, 22 de junio de 2008

sentido y sentimiento

Hola soy
José Medina Castro
Director del Aula de Cante Flamenco y Saeta de Triana-Sevilla
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Sentido y sentimiento de la saeta que canta el pueblo andaluz en Semana Santa


El saetero o cantaor de Saetas, su criterio al igual que todos los que se han criado en esta creencia Cristiana y de Dios. Él siente que le esta cantando a un familiar muy cercano. Tanto como que lo considera su Padre, "ejemplo es como, cuando, nosotros, vamos a ver, a un familiar al que queremos mucho, le contamos nuestras penas". Pues bien al Sr. Del Gran Poder a su Capilla los viernes, más en particular, el primer viernes de cada mes, pues lo consideramos como que vamos a ver a alguien muy cercano que nos quiere mucho y que esta dispuesto a escucharnos en nuestras, suplicas, quejas y hasta en nuestras riñas, pues creemos que nos va a solucionar, todo aquello, que le pidamos, para la tranquilidad de nuestro corazón y nuestra alma, al igual o mas cuando le cantamos una Saeta.

Desde el año 1972, llevo cantándole Saetas, creo recordar que solo un año no pude hacerlo, cantarle pero fue porque “Salí” de penitente en su cofradía.

De donde me viene, a mi, la devoción que le tengo al Gran Poder: muy fácil, desde mi familia naci en Córdoba y me trajeron a Sevilla con 14 días, me bautizarón en San Lorenzo a los 31 día, y quien mas me habló del Señor del Gran Poder fue mi abuela, que cuando yo solo tenia cuatro años, en la mañana del Viernes Santos del año 1954, me llamó temprano sobre las cinco y media de la mañana, me dijo muy bajito, para que no se despertaran los demás de la familia, anda despierta y levanta que vamos a ver al Señor. “porque en el barrio se le llama Señor, a la imagen del Gran Poder”.

Pues bien me vistió y salí a la calle, con ella de la mano, de aquel momento, solo recuerdo el frió de la mañana en la cara, cuando miré para abajo, al suelo, al salir de casa vi. Como mi abuela tenía los pies sucios negros y descalzos, entonces le pregunté, me contesto, con mucha pena, que era de la penitencia que estaba haciendo, pues llevaba toda la noche, detrás del paso del Sr. del Gran Poder, andando descalza por las calles de Sevilla.

Salimos y nos encaminamos a la plaza de San Lorenzo, (entonces el Señor salía de la Parroquia que ostenta la misma plaza, la Parroquia de San Lorenzo), me puso en el lindel de la puerta, para que viera bien el paso de la cofradía, pues desde la Cruz de Guía, hasta el paso de Palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, vi. Aquella mañana de Viernes Santos en Sevilla.
Cuando llegó el Señor del Gran Poder en su Paso, para entrar en la iglesia, los costaleros tuvieron que bajar los cuerpos y flexionar las rodillas, para que la Cruz del Señor no diera en el lindel de la puerta y así poder entrar. Mi abuela me dijo ¿mira Pepito como sus hermanos costaleros bajan al Señor, para que no le duela el hombro donde carga la Cruz?
Estos y otros acontecimientos, son los que hacen, que los sevillanos, seamos tanto de nuestra Semana Santa.


Sevilla supo entender (ver)
El sufrimiento y el dolor
La grandeza de tu ser
Y en tu cara su Señor
Para mío del Gran Poder
Historia de la Saeta

Haya por el siglo XV, XVI los Reverendos Padres Franciscanos y otras congregaciones, comenzaron a cantar unas coplillas penetrantes, siempre y mas acentuado en las cuaresmas de cada año, en sus salidas a la calle para hacer los Vía Crucis o Estaciones de Penitencias, (antecedente de las actuales cofradías) cantaban aquellas coplillas penetrantes, que una de ellas decía así:


De parte de dios te aviso
Que as de confesarte
Si no quieres condenarte


Esto lo hacían para convertir al pueblo en cristianos, pues en aquella época, bien se sabe, que en Andalucía (la antigua Al-Andaluz Árabe, Mora y Judía), el pueblo seguía practicando sus religiones. A tal punto penetraron aquellas coplillas en el pueblo, que los Judíos las cantaban para pasarse mensajes entre ellos, sin que los mandatarios de la época se enterasen.

Pues bien se sabe, que de esta forma, consiguieron hacer que el pueblo sea hoy tan cristianos, (como querían que fueran), a través de los siglos este mismo pueblo hace que la copla sea suya para siempre, y se consigue que este cante sea transmitido, desde el mismo pueblo cantándoles a los titulares en la cada cofradía en las calles, de Sevilla en tiempos de Semana Santa.

Tanto es así que en el transcurso del tiempo, los cantaores van transformando este cante y lo hacen suyo, a tal extremo que consigue reconstruir la saeta, hace que sea de sentimiento, al mas profundo de los quicios flamenco y la cambia a los tonos del cante por Seguiríya.

Pues bien con la Saeta por Seguiríya se consigue reconstruir el mundo afectivo, realizando así el milagro de dar luz, voz y música, a los sentimientos más entrañables y elementales, creando una obra de arte universal, haciendo que la Saeta, sea una queja o un profundo gemíos de dolor, humildad y paciencia infinita de Jesús ante las puertas de su muerte.

Y también la Saeta es piropo, alegre y sincero que se le lanza a la madre, La Virgen Maria, para mitigar su dolor, cuando va caminando triste y dolorida tras su hijo.

Esto se hacia y sigue haciendo siempre en señal de respeto, durante mas de tres siglos y medio, desde la calle, en la acera, entre el pueblo, y desde el suelo, al igual que en la actualidad con respeto a la imagen a la que se le este cantando en cada momento.

Porque las hermandades de Sevilla, son muy cercanas ya que cada barrio tiene y sigue teniendo la suya, que hace estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla cada año en Semana Santa.

En cuanto al saetero o cantaor de Saetas, su criterio es que le esta cantando a un familiar muy cercano.

Autor: José Medina Castro